domingo, 13 de mayo de 2012

Paciencia, esperanza o madurez


Después de mucho tiempo (parece que este sea el comienzo de todos mis posts), regreso con la esperanza de día a día dejar este cuaderno lleno de notas, a modo de un cuaderno de vitácora. Tengo un amigo,  que siempre me dice que por qué no escribo sobre mi vida. Él cree que sería buena, por cómo siento las cosas y porque según él mi vida es una auténtica montaña rusa. Ya con 34 años, no se si tiene razón o simplemente a esta edad te han tenido que suceder las cosas necesarias para tener la paciencia suficiente para según qué cosas. No se si será esperanza de que sucedan otras o simplemente madurez conseguida a base de paciencia. Pero lo que si es cierto es que llegados a un punto en el que miras hacia atrás y ves todo lo que te ha sucedido, todo lo que has logrado y en todo lo que has fracasado te planteas que la vida simplemente hay que vivirla mirando hacia adelante, sin pensar en el futuro lejano y sí en el futuro inmediato. Creo que no merece la pena gastar nuestro maravilloso tiempo en regodearnos con aquello que quizá nos esté haciendo sufrir en el presente, porque mañana, mañana seguro que lo vemos un poquito más fácil. Mañana si nos atrevemos a mirar hacia atrás nos daremos cuenta de que aquello a lo que le dábamos tanta importancia, hoy no la tiene y por consiguiente tendremos ante nosotros otra nueva inquietud. Con esto sólo nos queda sacar la misma conclusión: no preocuparnos en exceso por aquello que nos tiene en vilo porque mañana, de verdad, será otro día, y aunque esté nublado el sol siempre estará detrás de las nubes (Clari, este guiño va por ti, que gracias a ti he abierto hoy este cuaderno).

No desperdiciemos nuestra vida añorando o llorando. Hoy debemos creer firmemente que el mañana será tan próspero como nos merecemos.

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